Participación y educación, herramientas claves para reducir la desigualdad
La participación y educación son derechos fundamentales que deben formar parte de las políticas de los gobiernos para lograr una reducción de la desigualdad en todos los niveles, según explicó Liliana Valiña, presidenta del Mecanismo de Expertos sobre el Derecho al Desarrollo, un mecanismo de cinco expertos independientes del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Explica que el objetivo es que a partir de la participación (las personas y comunidades) tengan acceso a la plenitud de los derechos humanos y las libertades fundamentales, a contribuir al desarrollo y a recibir sus beneficios y para lograrlo, los estados deben generar políticas públicas que creen oportunidades, incluidas el acceso a recursos básicos y a los derechos básicos como salud, educación, alimentación, vivienda, explicó.
De acuerdo con el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), Latinoamérica sufre de amplias desigualdades. Se estima que en América Latina y el Caribe, el 50% más pobre de la población se lleva el 10% de los ingresos, mientras que el 10% más rico recibe el 55%.
En términos de riqueza, la concentración es mucho mayor: el 10% más rico acumula el 77% de la riqueza y el 50% más pobre solo el 1%. Para la experta de la ONU, para entender la magnitud de la desigualdad, hay que ver más de los parámetros económicos generales de un país. “Necesitamos mirar la situación de las personas, de las comunidades y el acceso concreto a sus derechos básicos y a poder participar y beneficiarse de los del desarrollo”, acotó.
Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo indica que después de la pandemia respiratoria del coronavirus, las tasas de pobreza en Panamá son notables más altas en las comarcas indígenas y en algunas provincias del interior; también la pobreza infantil es muy superior a la de los adultos.
En opinión de Valiña, la desigualdad está en el centro de los obstáculos para el desarrollo y una de las respuestas claves es la participación. “La necesidad de focalizarnos en que debe haber una participación diversa, que incluya a las mujeres, los niños, los adolescentes, los jóvenes, pero también tanto la población rural como población urbana”, explicó.