Nuevo ministro de Economía es partidario de decisiones duras e impopulares para enderezar el país
El economista Felipe Chapman sería el ministro de Economía y Finanzas designado por el presidente electo José Raúl Mulino. El programa radial Panamá en Directo fue el primero en dar la información, y posteriormente otros medios se hicieron eco de la noticia. El diario La Estrella de Panamá publicó que Chapman había reconocido que después de varios días decidió aceptar la propuesta de Mulino para hacerse cargo de la política financiera del país a partir del primero de julio.
Recuperar la confianza de los inversionistas y de las calificadoras de riesgo, además de corregir la política fiscal del país, serán algunos de los retos que deberá atender Chapman una vez asuma el control del Ministerio de Economía y Finanzas.
En sus redes sociales, el economista ha señalado que «la situación fiscal y económica que vive Panamá es muy compleja, muy parecida a los años 90 y a los primeros años de este siglo. Sin embargo, hay una impresionante desconexión y estado de negación de los votantes y de algunos candidatos con la realidad, lo cual es preocupante.»
Igualmente, ha comentado que no existen recetas mágicas para resolver la situación del país, pero ha advertido que es necesario tomar medidas difíciles para estabilizar las finanzas públicas, como se hizo en los 90.
Agencias de riesgo como Moody’s han indicado que el nuevo gobierno deberá hacer frente al deterioro de la situación fiscal, el cierre de la mina Cobre Panamá, la reducción del tránsito por el Canal de Panamá a causa de la sequía, la rigidez del gasto desde hace mucho tiempo en los salarios de funcionarios públicos y el sistema público de pensiones. Ante estos desafíos y la probable fragmentación de la legislatura, no se sabe si el gobierno podrá promulgar reformas para avanzar hacia la sostenibilidad fiscal del país ni cuándo podrá hacerlo, agrega la firma.
Antes de conocerse el resultado de las elecciones del 5 de mayo, Chapman dijo al diario La Prensa que «quien fuera electo como presidente y diputados tienen la obligación fiduciaria, como buenos padres de familia, de atender la situación fiscal con altísima prioridad y mucha responsabilidad. Esto conlleva tomar decisiones duras e impopulares, lo que debe ocurrir al gobernar con seriedad para ganar confianza y respeto, dentro y fuera del país.»