Monitoreos confirman la presencia de especies marinas en el lago Gatún desde hace décadas
De acuerdo con la información proporcionada por el Canal de Panamá, la presencia de peces marinos en el embalse Gatún no es un fenómeno reciente, sino que se ha documentado por más de 70 años.
Desde la década de 1930, estudios científicos registran la presencia de especies como jurel, sábalo real, pargos y robalos en este ecosistema de agua dulce.
Los monitoreos biológicos realizados desde 2004 han permitido observar un ecosistema acuático saludable y diverso, con una población estable de peces de agua dulce y la incursión de especies marinas periféricas, capaces de tolerar variaciones de salinidad. Estas especies, sin alterar su ciclo biológico, conviven en equilibrio con las especies nativas e introducidas, formando una cadena alimentaria natural.
El Canal de Panamá ha implementado medidas de gestión que permiten mantener la calidad del agua dentro de los parámetros adecuados para un lago tropical de agua dulce. A pesar de las crisis hídricas recientes, como las de 2019-2020 y 2023-2024, el embalse ha demostrado una notable capacidad de recuperación gracias a decisiones oportunas y una gestión eficiente.
La salinidad del embalse Gatún se mantiene dentro de un rango controlado, con un promedio de 0.500 psu, según los estudios previos a la ampliación del Canal. Esta estabilidad permite preservar la biodiversidad y garantizar que el embalse cumpla con su función como fuente de agua para consumo humano y tránsito marítimo, sin comprometer su integridad ecológica.
El Canal ha reforzado su colaboración con universidades y centros de investigación para profundizar en el análisis de estos cambios ecológicos. Estos esfuerzos se orientan a identificar indicadores tempranos de cambios en el ecosistema y garantizar una gestión sostenible a largo plazo.
Este trabajo conjunto asegura que el embalse Gatún siga siendo un recurso esencial, donde las necesidades humanas y las dinámicas naturales conviven en equilibrio. Gracias al monitoreo constante, el Canal de Panamá ha demostrado que la coexistencia de especies marinas y de agua dulce forma parte de un ecosistema dinámico y estable.
