
Panamá convierte desechos avícolas en alimento exportable
Se espera que las exportaciones panameñas cierren el primer trimestre del año con un crecimiento de dos dígitos, tras el alza del 26% registrada durante los dos primeros meses de 2025.
Parte de ese crecimiento ha sido impulsado por la exportación de harinas y grasas animales hacia el mercado centroamericano, materia prima derivada del procesamiento de subproductos del sector avícola.
Detrás de esta operación está Recuperación de Proteínas, S.A. (REDEPROSA), empresa panameña especializada en la transformación de residuos avícolas en insumos clave para las industrias de alimentos para mascotas, nutrición animal y acuicultura.
Desempeño trimestral
Durante los primeros tres meses del año, exportó más de 2 mil toneladas de estos productos, consolidando su presencia regional.
La empresa opera dos líneas de producción: una transforma vísceras en harinas de calidad Pet Grade (65% de proteína) y Feed Grade (44% de proteína), además de aceite de pollo; la otra convierte plumas y sangre en harinas acuícolas, utilizadas en dietas de peces y camarones.
En total, REDEPROSA procesó más de 14 millones de libras de subproductos avícolas en el primer trimestre bajo un modelo de economía circular que busca reducir emisiones de carbono y cumplir con estándares ambientales.
Cuidado ambiental
En 2024, la empresa fue reconocida con el Galardón Exportación Sostenible por la Asociación Panameña de Exportadores (APEX), por integrar procesos que equilibran el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental.
En 2023, el mercado global de productos avícolas procesados —también conocidos como renderizados— fue valorado en $6 mil millones y se proyecta que alcanzará los $8 mil millones para 2030, con un crecimiento anual promedio del 3.24%.
Este avance está impulsado por la creciente demanda de la industria de alimentos para mascotas y la acuicultura, sectores que requieren fuentes de proteína sostenibles y de alta calidad.
Entre los productos más utilizados se encuentran la harina de vísceras, empleada en piensos y alimentos para mascotas; el aceite de pollo, incorporado en formulaciones energéticas; y la harina de plumas y sangre, clave en la nutrición acuícola.
Estas transformaciones permiten valorizar residuos del sector avícola bajo un enfoque de economía circular, reduciendo emisiones de carbono y contribuyendo al aprovechamiento integral de los recursos.