En Panamá, las marcas propias crecen mientras los supermercados lideran el consumo
La más reciente publicación del reporte State of Grocery, de McKinsey & Company, reveló que los hogares panameños están experimentando cambios significativos en sus preferencias de consumo. Mientras tanto, el sector del retail se adapta a un panorama económico que, aunque estabilizado, aún enfrenta retos estructurales.
En este contexto, los canales modernos como supermercados e hipermercados lideran las ventas minoristas en el país, con una participación del 74%. Sin embargo, los canales tradicionales, como minisúper y tiendas de barrio, han disminuido su participación en -1.2 puntos porcentuales durante el último año.
Una de las tendencias más destacadas es el crecimiento de las marcas propias, que han ganado popularidad entre los consumidores panameños en busca de mejores opciones de valor. Estas marcas representan el 5% del consumo total en Panamá y han crecido un 43% en valor en los últimos cinco años. Su mayor presencia se observa en alimentos no perecederos en tiendas de descuento, donde alcanzan un 23% de participación.
Por otro lado, el comercio digital muestra un crecimiento sostenido en el país. En 2023, las ventas online crecieron un 29%, impulsadas por un aumento del 15% en el ticket promedio por consumidor. Actualmente, este canal alcanza al 17% de los hogares panameños, consolidándose como una opción cada vez más relevante para las compras. Aunque su participación total en el consumo doméstico aún es limitada, su crecimiento indica un cambio gradual en los hábitos de compra.
El reporte también destaca que los hogares panameños han ajustado sus patrones de gasto, con un 0.4% del valor migrando de marcas Premium hacia marcas privadas. Esto refleja la presión económica que afecta al poder adquisitivo y la necesidad de los consumidores de priorizar opciones más económicas sin comprometer la calidad.
Frente a este panorama, los minoristas en Panamá están respondiendo con estrategias que incluyen la transformación digital, el fortalecimiento de cadenas de suministro y la optimización de formatos de tienda. Estas medidas buscan satisfacer las demandas de un consumidor más exigente y adaptarse a un entorno económico en evolución, asegurando su competitividad en el mercado.
