Colón, provincia olvidada
Enrique Pesantez
e.pesantez@icloud.com
Ingresar a la ciudad de Colón, especialmente en el centro, da la impresión de encontrarnos en medio de una localidad que fue devastada por la guerra. Observar sus antiguos edificios en ruinas, repletos de basura y con olores nauseabundos, resulta verdaderamente inconcebible que tengamos a la segunda ciudad más importante del país en estas condiciones.
El municipio optó por derribar algunos edificios icónicos debido al tipo de construcción, que, debidamente rehabilitados, podrían ser admirados por propios y extraños como atractivos turísticos.
Este hecho nos lleva a reflexionar sobre cómo ha sido posible que todos los gobiernos que han pasado, al menos los últimos cinco, hayan dejado únicamente la huella de la pobreza, inseguridad, narcotráfico y corrupción en sus calles.
Colón es la segunda ciudad que reporta mayores ingresos al Estado. A pesar de contar con la segunda zona libre más grande del mundo, puertos que generan un considerable movimiento de carga, cruceros que reportan crecimiento en el manejo de pasajeros y una vida turística de un valor incalculable, parece incomprensible que los gobernantes hayan descuidado tanto su desarrollo.
Han desaprovechado la oportunidad de convertirla en un punto atractivo para el turismo y la inversión.
Todo esto sin mencionar la total deficiencia en los servicios públicos como la luz, agua y salud. Los hospitales carecen de insumos y medicinas, y la educación así como las infraestructuras públicas y deportivas presentan graves carencias. En fin, un cúmulo de necesidades de carácter social que son parte de la responsabilidad de cada gobierno.
El 5 de mayo se acercan las elecciones y, en esta vuelta, el voto castigo deberá ser más fuerte. Basta de populismo barato; es la mejor oportunidad que tenemos para no seguir con la misma gente. Requerimos caras nuevas, personas preparadas con una visión clara de un mejor país. Realmente, nos lo merecemos.
